Entrenando en la resolución de problemas
Todos y cada uno de nosotros, por el mero hecho de ser personas, estamos preparados y capacitados para desenvolvernos con éxito en esa maraña de decisiones que forman parte intrínseca de nuestra vida. No hace falta ser nadie excepcionalmente dotado. Para la resolución de problemas, lo que funciona es el aprendizaje, el entrenamiento. Y eso es, básicamente, en lo que consiste la terapia que te proponemos. Desde nuestra consulta online es más que posible ayudarte, orientarte para que pongas en práctica una serie de técnicas, muy sencillas. El resultado será contundente, hacer frente a los problemas dejará de ser para ti una preocupación.
¿Puede ser tan simple? Cuando te aseguramos que la TRP es una de las terapias más efectivas y sencillas, no estamos restando importancia a tu malestar. Al revés, somos muy conscientes, porque lo comprobamos en nuestras consultas online o presenciales, lo frustrante que resulta esa incapacidad de enfrentarse a las dificultades para quien la sufre. De ahí nuestra insistencia. Salir de esa impotencia que solo hace que minar tu autoestima está a tu alcance, basta con que nos pidas ayuda profesional. Y más cuando el tratamiento es tan asequible como eficaz. Con la terapia online, además, se simplifica todo más. Las sesiones pueden ser tan intensivas como necesites, y en un plazo breve de tiempo te podrás olvidar pronto de aquella época en la que te sentías tan frustrado como perdido.
En nuestras sesiones online empezaremos por desgranar bien qué es un problema y qué es una solución. Aunque te parezca una obviedad, esta es una pista clarificadora de cómo funciona la terapia de resolución de problemas, y por qué este primer punto es clave. De momento, quédate con esta idea, cuando eres capaz de definir bien un problema, lo tienes ya medio resuelto. Así que nos centraremos en trabajar sobre conceptos y metas muy concretos, reales y alcanzables. Si un problema es demasiado complejo, lo más efectivo es descomponerlo en pequeñas dificultades más fáciles de abordar. Como ves, se trata de bajar a la realidad, dimensionar los obstáculos hasta dónde sean asequibles, y abrir el abanico de posibles soluciones. Si te tomas un respiro y empiezas a percibir los problemas como retos, la presión disminuye y estás en mejores condiciones de superar cualquier impedimento.